EL SER Y, A VECES, CON OTRO SER

Paz. Amor. Sentirnos todo y no sentirnos nada. Todo es perfecto. Todo cobró sentido. Cada paso, cada lágrima, cada risa, cada persona que llegó y cada persona que se fue, cada carta, cada decisión, cada grito, cada pelea, cada amor; todos los seres y todas las cosas al mismo tiempo, pasaron en un instante que pareció durar una eternidad de años y, todo eso, cobró sentido en un respiro que duró la nada misma. 

Aquí los aprendizajes terrenales se fusionaron y solo nos queda habitar la PAZ, ARMONÍA y el AMOR que siempre fuimos. 

La única huella que dejamos es esa imposible de borrar de la conciencia de aquellos que nos cruzamos en el camino.

Y desde otro mundo me digo: 

-Viví con signos de preguntas en el alma: no hay respuesta para el por qué, el cómo y el cuándo. Enamórate del hoy.

-Permitite atravesar tu propio dolor. Encontrate en tu soledad. Ámate y valórate: tu mente y tu cuerpo estarán juntos hasta el final de tus días. 

-Aceptá la frustración, aprendé a soportar esa molestia, sí hablo de la incomodidad de vivir ¿Vivir cómo? Con dolor, a veces con preguntas sin respuestas, con miedo e inseguridades, con felicidad, con enojo. Perdonate los errores.

-Construí las bases como desees. Las podes desarmar y armar las veces que quieras, no pasa nada.

-Los tres deseos de cumpleaños que no sean otros más que amor, salud y abundancia.

-Él. Será el que se acueste a tu lado y se quede allí hasta que puedas levantarte y, sobre todas las cosas, el que camine con más risas que lágrimas. Nunca te olvides: no permitas sentirte sola.

-El otro no te completa, sólo te acompaña a caminar por la vida. Vos misma sos las dos mitades de la naranja.

-Dejá de mirar siempre lo que te falta. Soltá lo que se fue, lo que podría haber sido y simplemente no lo fue. Mirar el futuro solo te genera vacío e incertidumbre.

-Construite. Sos quien va a estar para vos misma lo que dure tu vida. Sé tu compañera más fiel. 

-Elévate. Confía en vos.